Por lo general y para una gran parte de la población, las matemáticas suelen ser comparadas con una tarea ardua, rigurosa y fastidiosa, y que incluso necesita una lógica específica para llegar a resolver los problemas propuestos. En efecto, no estamos todos concebidos de la misma manera y no tenemos todos un cerebro que asimila con facilidad la mecánica de las matemáticas. Es por esta razón que las matemáticas se convierten en un círculo vicioso y en pánico para algunos: no me gustan las matemáticas porque no consigo resolver los problemas, las ecuaciones, las fracciones y mucho más. Pero es porque siento dificultad a la hora de resolver el problema que no me gustan las matemáticas. Por consiguiente, es importante estimular la motivación de los niños para que puedan coger el gusto por esta actividad ya que suele ser la falta de motivación lo que impide buenos resultados. A veces, los resultados no son convincentes cuando el niño está animado por una consecuencia exterior a su propio interés: puede ser porque sólo busca obtener una buena nota, o porque quiere contentar a sus padres, y está entonces forzado a conseguir esta tarea. El niño puede también obtener malos resultados no porque no siente interés hacia las matemáticas, sino porque la manera a través la cual se plantea esta asignatura no le conviene o no lo estimula.
Incluso si el uso del juego ha sido controvertido durante mucho tiempo porque lo juzgaban paradójico a la seriedad, en respuesta a los ejemplos anteriores y porque las matemáticas suelen ser sinónimo de miedo e incomprensión para algunos, aconsejamos emprender esta asignatura mediante juegos desde la menor edad de los niños. Actualmente, gracias a las nuevas tecnologías existen numerosas apps y sitios web que permiten trabajar este aspecto en función de la edad del niño a través de juegos perteneciendo a la categoría de los “serious games”. Los denominados “serious games” no paran de ser juegos pero que no se centran únicamente en la diversión sino también en el aprendizaje, la información o la enseñanza. Sin embargo, no es siempre obligatorio poner a sus hijos delante de una pantalla. Jugar con ellos a juegos de mesa en los cuales tendrán que manejar el dinero, como el Monopoly, es una buena manera para hacerles contar, gestionar un presupuesto y elaborar estrategias para enriquecerse, o por lo menos no perder dinero o endeudarse. Cocinar puede ser otra manera para desarrollar las matemáticas pesando los ingredientes a la hora de seguir una receta lo que puede llevar a la práctica de los cálculos mentales o a solucionar problemas quitando o añadiendo trozos de chocolate, por ejemplo. Es importante colocar las matemáticas en la vida cotidiana y en situaciones concretas como a la hora de ir a comprar o en vacaciones cuando hay que calcular el intervalo horario entre dos trenes o el tiempo estimado para el trayecto.
Por consecuencia, para estudiar las matemáticas de forma lúdica y dar ganas a los niños frente a esta asignatura conocida como “difícil” y poco apreciada, múltiples apps y sitios web se crearon para facilitar la concentración del niño y animarle a persistir. Así, los ejercicios son elaborados de manera lúdica y presentados por sus héroes favoritos o dentro del entorno de su película o serie del momento. En efecto, estos juegos online ponen todo en escena para atraer al niño y esconder el ejercicio detrás del placer y de la distracción. Este tipo de juego suele estar hecho bajo la forma de niveles para que el niño ascienda y obtenga recompensas a cada victoria. A los más jóvenes les gustan también estos juegos porque los cálculos se hacen mediante animales que contar, sumar o sustraer, por ejemplo. Además, estos juegos están hechos bajo la forma de minijuegos lo que permite no perder la atención de los niños.
La ventaja de las apps y de los sitios web en los que es posible estudiar las matemáticas distrayéndose es que filtran casi todas las actividades disponibles según el nivel escolar, lo que permite ganar tiempo y estar seguros que el niño hará un ejercicio adaptado a su edad, su nivel escolar y al programa educativo correspondiente. Lo que tenemos que subrayar también a propósito del aprendizaje de las matemáticas es que el niño debe poder equivocarse sin sentirse inútil o demasiado poco inteligente. Los juegos online son muy útiles para responder a este criterio ya que una gran parte está dotada de vidas y permite entonces al niño tener varias ocasiones para llegar a resolver el problema. No obstante, es importante que este tipo de juego esté supervisado por un padre o un profesor para explicar al niño los aspectos que no ha entendido y volver a colocar la ficción en la realidad.
Para resumir, los videojuegos son una buena manera para estudiar las matemáticas de manera lúdica escondiendo a los niños la noción de ejercicio a través de la distracción. Además, este tipo de ejercicio permite también a los niños centrarse en nociones informáticas y mejorar otras aptitudes como el trabajo en equipo cuando estos juegos se usan en grupos dentro de un aula, la lengua española a la hora de compartir las informaciones o explicar su razonamiento, el desarrollo de la imaginación gracias a juegos de construcción, por ejemplo. En efecto, incluso si hemos mencionado los “serious games” anteriormente, los videojuegos de construcciones constituyen un buen ejemplo de juego versátil ya que permiten un posible trabajo de cooperación con otros niños, la visualización de las formas y los volúmenes, la ventaja de poder destruir y volver a construir si el resultado final no es el esperado… Sin embargo, no hay que olvidar que las pantallas se tienen que usar con moderación, incluso si constituyen un buen medio de aprendizaje.